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Cómo usar una flejadora manual

por | Nov 26, 2020 | Maquinaria

Indispensables en cualquier negocio que incluya un proceso de embalaje, las flejadoras manuales son herramientas muy prácticas y eficaces para asegurar y fijar mercancías paletizadas o agrupar cajas y paquetes.

¿Conoces los diferentes tipos de flejadoras que existen? ¿Quieres saber cómo usar una flejadora manual? Sigue leyendo y descubre todas las claves a considerar para encontrar el modelo más adecuado a tus necesidades.

Flejadora manual

Usos y aplicaciones de las flejadoras manuales

  • Al resultar sencillas de usar y tener un coste muy asequible, la flejadora manual es una herramienta muy utilizada en infinidad de sectores, como la logística, el transporte y la distribución, la construcción, la industria maderera y papelera, la ferretería industrial, la automoción o la industria alimentaria.
  • Las flejadoras manuales permiten ahorrar tiempo y esfuerzo durante cualquier proceso de paletizado o embalaje. El flejado permite estabilizar y asegurar la carga, garantizando su integridad durante el transporte. De esta forma, evitaremos desmoronamientos y movimientos indeseados, que podrían dañar la mercancía, con los consiguientes costes añadidos.
  • Las flejadoras manuales también resultan muy útiles para la agrupación y el compactado de productos, facilitando su manipulación durante los procesos de carga y descarga.
  • Además, el flejado también es un proceso habitual para el sellado y precintado de seguridad en cajas, paquetes y contenedores.

¿Qué tipo de flejadora manual necesito?

Las flejadoras manuales son un equipo muy demandado por su comodidad de uso y precio asequible. Para elegir el modelo más adecuado, debemos tener en cuenta las características de la carga -peso, dimensiones, forma, fragilidad, etc.- y las condiciones a las que estará sometida durante su transporte o manipulación. Estos son algunos de los tipos más populares:

  • Flejadora manual para flejes de plástico, muy adecuadas para el flejado de palets y paquetes de pequeño tamaño. Estas herramientas están diseñadas para adaptarse a flejes de diferentes anchuras. Las flejadoras manuales para flejes de 13 mm y las flejadoras manuales para flejes de 16 mm figuran entre los modelos más habituales.
  • Flejadora manual para flejes metálicos, en los que la unión se realiza a través de un proceso de entalladura.
  • Flejadora manual eléctrica, compacta y muy manejable, uno de los modelos más populares, apta para flejes de poliéster y polipropileno.

Como ves, las flejadoras manuales pueden utilizar tanto flejes metálicos como plásticos. ¿Qué ventajas ofrece cada uno? Los flejes metálicos, normalmente fabricados en acero, destacan por su resistencia a la rotura y la tracción, que los convierte en una opción ideal para cargas pesadas.

Por su parte, los flejes de plástico, fabricados en polipropileno o poliéster, resultan una opción más económica que los flejes de acero, aunque también menos resistentes. Su elasticidad les permite adaptarse a la perfección a la forma de cualquier paquete sin dañarlos y no se deterioran a la intemperie.

Ventajas de las flejadoras manuales

  • La flejadora manual resulta una herramienta muy sencilla de usar, que permite el flejado de mercancías de forma rápida y eficiente.
  • Su diseño ergonómico hace que resulten muy cómodas de utilizar y requieren un esfuerzo mínimo por parte del operario.
  • Las flejadoras manuales son una elección óptima para volúmenes de producción pequeños o medios, con ciclos de hasta 50 flejados por hora. Si nuestra producción es mayor, sería más recomendable optar por un modelo automático o semiautomático.
  • Estos modelos destacan por su versatilidad, siendo aptos para el flejado tanto en vertical como en horizontal, para mercancías de diversos tamaños o con formas irregulares.
  • A diferencia de las flejadoras de arco o de mesa, las flejadoras manuales son portátiles.
  • El coste de este tipo de herramientas de flejado también es otra de sus grandes ventajas, ya que resultan mucho más asequibles que las flejadoras automáticas o semiautomáticas.
  • Para hacer su uso más cómodo, puede añadirse un carro devanador, que permite mayor movilidad en el desplazamiento de la bobina del fleje.

Cómo usar una flejadora manual, paso a paso

Como hemos comentado anteriormente, el flejado puede realizarse con flejes de distintos materiales. En cuanto al proceso, existen dos modalidades básicas de flejado manual:

¿Cómo flejar con una flejadora manual con hebillas o grapas?

Este tipo de flejadora manual es la opción más habitual para usos poco intensivos, ya que resulta muy económica y ofrece una gran versatilidad en cuanto a sus usos y aplicaciones. Si bien en el proceso de flejado puede variar dependiendo del modelo y del tipo de fleje utilizado, en general, solo tenemos que seguir estos sencillos pasos:

  • Posicionamos el fleje rodeando el bulto, introduciendo uno de sus extremos en la mordaza de la flejadora.
  • Bajamos la mordaza para bloquear el fleje.
  • Introducimos el otro extremo del fleje en la ranura de rotación.
  • Colocamos el precinto de acero en la ranura inferior, para poder unir los dos extremos del fleje una vez lo hayamos tensado.
  • Tensamos el fleje, accionando la palanca de arriba a abajo.
  • Cuando alcancemos la tensión deseada, accionamos de nuevo la mordaza para liberarla y accionamos el corte.
  • Después, ya podemos retirar la flejadora, dejando los dos extremos del fleje perfectamente unidos por la grapa o hebilla metálica. 

¿Cómo flejar con una flejadora manual con soldadura?

Aunque las flejadoras con grapas son el modelo más habitual, también existen flejadoras manuales en las que el proceso de flejado se realiza con vibración. Estos modelos suelen funcionar con una batería o un compresor de aire comprimido, con fleje de poliéster o polipropileno. El calor generado por la fricción funde los extremos del fleje, permitiendo un sellado de gran resistencia, sin necesidad de grapas.

¿Flejadora automática o manual? 

Además de las flejadoras manuales, el catálogo actual de ferretería industrial también cuenta con modelos automáticos y semiautomáticos. Estos equipos tienen un coste más elevado que una máquina manual, pero también permiten optimizar el proceso de flejado, ahorrando tiempo y esfuerzo, por lo que, a la hora de escoger cuál nos conviene más, tendremos que considerar la frecuencia o intensidad de uso que exige nuestro negocio.

Las flejadoras semiautomáticas permiten regular la fuerza del fleje, por lo que son una elección muy indicada cuando necesitamos trabajar con paquetes frágiles o necesitamos conseguir tensiones más elevadas. Por su parte, las flejadoras automáticas para palets permiten tensar, sellar y cortar el fleje de forma automática, por lo que resultan una elección óptima para un uso intensivo.

Si quieres obtener más información acerca de las flejadoras, visita Transeop.

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